VISTO A LAS 23:33
Él: – Hola, ¿cómo estas?
Yo: – Muy bien, hace mucho no sé de ti.
Él: – Y yo de ti, pero hoy te recordé mucho y por eso quise hablarte.
Yo: – Me sorprende, pero cuéntame ¿Cómo has estado?
Él: – He estado muy bien, leyendo con pereza ¿Tú qué haces?
Yo: – Me estoy viendo una serie en Netflix.
Él. – ¿Qué serie te ves?
Yo: – Si te digo cuál me estoy viendo, de seguro me odiarías, así como odiabas los libros que leía.
Él: – No, sólo que no creo en tanta magia que leías.
Yo: – Aún la sigo creyendo en ella. Esta bien, me estoy viendo Gossip Girl.
Él: – Hey a mí me gusta, pero yo peque doblemente porque me la vi en la versión mexicana también.
Yo: – Jajajajá ¿En serio? Y yo con temor a que me volvieras a juzgar.
Él: – No, si yo me sentía terrible cuando me la veía.
Yo: –Sabes, también me estoy viendo "Amerícan Horror Story", sé que te gusta mucho.
Él: – En esa sí te felicito, independientemente de la serie el productor es gay. Tienen una función con todas sus producciones y es mandar un mensaje a favor de la homosexualidad. Me gusta mucho en la manera en que lo hace, es el mismo creador de “Glee”, ¿Puedes creerlo?
Yo: - Sí, recuerdo perfectamente que eso me lo habías contado.
Él: – ¡Cierto!
Yo: – Yo nunca te he olvidado del todo.
Él: – ¡Qué bueno! Siquiera de lo que un día fue nuestro algo quedo, y a ti tampoco te he olvidado.
Yo: – Entonces parece ser que el problema nunca fue el olvido.
Él: – Nunca lo ha sido.
Yo: – Entonces el problema fue que tú nunca estuviste preparado para amar y yo nunca estuve preparado para no ser amado.
Él: – No estábamos preparados para el tipo de amor que podría existir, el único amor.
Yo: – Quizás tú no, pero yo siempre lo estuve.
Él: – De todas maneras sé que ahora estas amando.
Yo: – Sí, me estoy intentando amar. Sólo eso, porque no puedo amar a alguien sin antes amarme.
Él: – Así es, supongo que a mí también me hace falta un poco de eso.
Yo: – Inténtalo.
Él: – Todos los días.
Yo: – Entonces no es suficiente.
Él: – A lo mejor no, pero gracias a ti fui un poco más realista.
Yo: – Conmigo siempre lo fuiste, fue ese el gran problema.
Él: – Cuando intente no serlo, me cogiste por las orejas. Siempre quise creer que era lo necesario.
Yo: – Pero no fue así, quizás nunca te perdonaré que me hayas dejado ir. Al dejarme cometí muchos errores por ti.
Él: – ¿Cuáles error?
Yo: – Que intentará olvidarte con otra persona, que pasaron a ser varias.
ÉL: – No lo quería así, pero sí entendí lo que sentías y lo que merecias. Sólo estaba siendo justo para ti.
Yo: – Pero tampoco era justo que lo fueras, yo estaba dispuesto a amarte tal cual y como eras.
Él: – No quería serlo.
Yo: – Y desde ese entonces las segundas oportunidades te dejaron de pertenecer.
Él: – ¿Seguro?
Yo: – ¡Seguro!
Él: – Entonces te dejo, no quiero molestar.
Yo: – Desde que me fui no has hecho más que hacerlo. Quédate, al menos ahora tengo la calma de saber de ti y no suponer constantemente qué hay de tu vida.
Él: – No, yo no podré quedarme a donde no me tratarán como siempre.
Yo: – ¡Claro! Siempre egoísta, ahora eso te importa.
Él: – Adiós.
Yo: – Vuelves a dejar que me vaya y me iré para no volver.
(visto a las 23:33)