top of page

ÉL, MI GRAN AMOR



Se enamoró de mí, como se enamoran todos: creyendo que sería perfecto. Supongo que hizo planes con mi vida más de una vez y un listado de cosas que debía entregarle a días, meses y años. No sé cómo hizo para soportar mi personalidad rebelde y caprichosa, pero lo hizo... Y creo que eso fue lo que más lo conquisto. Seguro ha sido feliz dándome todo lo que le he pedido, mientras se ha conformado con una parte de mi corazón a cambio.


No he sido bueno amándolo y quizás nunca llegare a amarlo tanto como él me ha amado a mí, pero no hay un día que no lo ame con el mismo amor de siempre.


Puedo hacerle el amor a besos, abrazos, a “te extraño” cada vez que hablamos por teléfono... Y se conforma con eso. Con él no me sale lo cursi, lo extremadamente patético. No le he escrito una carta de amor, aunque sea mi gran amor. No lo conocí en un café, pero desde que lo vi me enamoré de sus kilos de más y su calva intelectual. Es perfecto, con promesas infinitas que le creo, como dar la vida por mí. No tiene problemas con mi alma libre y mi obsesión por las camisas blancas con rayas azules. Me acepta todo, incluso lo que no acepto de mí.


No es de decirme “te amo”, pero sé que me ama. Quizás no sepa que yo también lo amo, pero lo amo como sé hacerlo: con el alma, el corazón y los huesos. Es el hombre de mi vida, el ideal, el perfecto. No hay errores en él y mis errores sabe perdonar. Me quiere despeinado, con olor a tufo, en mis días malos, con mis caprichos, si estoy de mal humor o sensible. Apostaría que me compra el cielo y los zapatos así no estén en promoción, porque siempre es dispuesto a dar todo por mí.


Es ideal, mi hombre perfecto, mi súper papá.


RECIENTES PUBLICACIONES

© 2014 Copyright Sebastián Feria. Todos los Derechos Reservados. 

 

bottom of page